viernes, octubre 20, 2006

El sueño de Alicia

El sueño que voy a reproduzco a continuación pertenece a una mujer de
18 años:
"Yo hablaba con mi profa de matemáticas de primero de BUP. Me tenía que enseñar algo, un examen o algo así. Estábamos en un piso alto del instituto, así que bajamos las escaleras mientras hablábamos de cualquier cosa sin importancia. Las escaleras no eran las del instituto, sino las de una academia de aquí. Yo lo sabía, pero no me extrañaba. Fuimos a la sala de profesores pero no nos quedamos allí, sino que seguimos andando hacia adelante y atravesando toda una seriede salas y alcobas a cada cual más lujosa. M, mi profesora, me pregunta si ya había estado allí antes y yo la contesto que sí, que cuando estaba en primero (era consciente de que ya estaba en COU. A medida que avanzábamos, las habitaciones eran más agobiantes y los techos más bajos. Tenía problemas para seguirla porque M es muy bajita (apenas pasa de 1,50 m.) y no tenía dificultades. Yo no la veo, la sigo por el sonido de su voz, no calla. Habla y habla mientras me dice que no me quede atrás. Yo ya no puedo avanzar más, el espacio es tan pequeño que no puedo ni gatear pero María sigue diciendo que la siga. Justo delante de mis narices veo un pequeño vaso de leche, leche sola. No sé qué hacer pero me acuerdo de Alicia en el País de las Maravillas y me lo bebo esperando encoger. Después de beberlo espero, pero no pasa nada, hasta que cierro los ojos para pestañear y cuando los abro ya quepo por la puerta. Apenas la he atravesado cuando oigo un rumor extraño. Algo en el fondo de la habitación absorbe todo lo que hay alrededor, pero a mí no me afecta. Sigo oyendo la voz de M pero no puedo verla, no veo nada, está demasiado oscuro. Ahora parece que está muy excitada, está gritando. Me dice: "Ves, lo ves", yo no veo nada, pero una imagen se forma en mi mente, son dos mandíbulas que parecen un cepo gigante y no hacen más que abrirse y cerrarse. "Ves esa bola, esa bola es el mundo, se nos va a comer y tú no puedes hacer nada". Yo sigo sin ver nada pero lo veo. Busco algo que comer para volver a mi estado normal (como Alicia en el cuento), pero lo único que veo es un anuncio sobre viajes fuera del mundo:"para más información buscar en la página 32". Estoy en el pie de página de una revista. Salgo de ella y busco la página 32, pero sin prisa, ojeando los artículos que hay escritos. No encuentro la página, no está, pero a pesar de que sé que eso significa mi perdición, no me preocupo lo más mínimo y leo con atención un reportaje."

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